Somos conscientes de que somos una productora audiovisual afincada en Granada. Tenemos claro lo que esto supone a nivel de desarrollo empresarial y de repercusión de nuestros trabajos. Pero, sabiendo todo esto, queremos desterrar el concepto de que las ideas son gratis.

Cuenta la leyenda, que hay ciudades donde existen algunas empresas que cuentan en plantilla con un equipo autodenominado como “creativos”. Estos seres, cobran por pensar. Parece increíble, pero es así. De hecho, sus clientes, son conscientes de la importancia de una buena idea para su campaña publicitaria, vídeo corporativo, etc..y asumen, sin pestañear, que una parte importante del presupuesto dedicado a su producto audiovisual, va a ir parar a una partida presupuestaria con el encabezado de “desarrollo de la idea”, “guión”, etc..

En nuestro trabajo diario, desde Septimadireccion, tratamos de inculcar a nuestros clientes que, con presupuestos limitados, es imposible competir en medios técnicos y cualificación profesional con grandes empresas nacionales e internacionales. Curiosamente, a todos ellos les encanta la última campaña de Apple o Nike, pero, por desgracia para ellos y nosotros, no disponen del presupuesto que conlleva la realización de las mismas (caben muchos ceros en 30 segundos de vídeo, os lo aseguramos). Por todo ello, tratamos de hacer ver a nuestros clientes que, si no podemos contar con esos medios técnicos y humanos, si hay un arma muy poderosa con la que podemos hacer frente a estos “monstruos” de la comunicación audiovisual, las ideas.

La gestación de una buena idea, solo requiere de una mente inquieta, un buen catálogo de referencias culturales, y el tiempo necesario para desarrollarse. Tan sencillo, y tan complicado a la vez. Y si no es suficiente motivo para cobrar por una idea, el hecho de que en otros lugares y escenarios empresariales, se cobre mucho dinero por ellas, el tiempo invertido en encontrarlas, y la preparación que esto requiere, es un argumento que nadie en su sano juicio puede contradecir.

Por desgracia, esta no es la realidad con la que nosotros, y otros muchos, nos encontramos en nuestro devenir diario. Nuestra realidad se acerca más a este supuesto:

  • Cliente: “Queremos hacer un spot para Canal Sur y necesitamos que nos hagáis un par de propuestas. Nos gusta mucho este anuncio de Audi.”
  • Nosotros: “ A nosotros también nos encanta el anuncio de Audi que nos comentais. Probablemente ese spot tiene un coste de producción de 30.000€”.
  • Cliente: “Hombre, pero se puede hacer algo parecido a esto pero más sencillo. Pasadnos un par de propuestas y presupuesto de cada una de ellas.”.

Si en este momento de la conversación le decimos al cliente que desarrollar un par de propuestas por nuestra parte, tiene un coste de 300€ (por ejemplo), en este punto morirían en 90% de nuestros trabajos. Pero imaginemos (que no es tanto imaginar) que aceptamos ponernos a pensar (by the face).

  • Cliente: “ Estaría bien que nos hicierais un pequeño storyboard de cada propuesta, y desarrollarais los textos que irían locutados antes de decidirnos por alguna de ellas”.
  • Nosotros: “ Por supuesto. Y si os parece, tenemos un rato libre al salir de la oficina y podríamos pasarnos por vuestra sede a pasar la mopa a las instalaciones y darle un limpión a los cristales del escaparate. Todo esto, obviamente, sin coste algúno para vosotros”.

Eliminado de este supuesto la fina ironía final, esta es, grosso modo la realidad con la que nos encontramos a diario.

Y si esto nos parece grave, aquí no acaba la humillación. No es algo general, pero si nos ha pasado en alguna ocasión que, después de preparar varias propuestas (de manera altruista, por supuesto) y remitir al cliente los presupuestos para las mismas nos hemos encontrado respuestas (via email) de este tipo:

Buenas tardes.

En vista de las propuestas que nos habéis mandado, creo que no habéis entendido nada del concepto de nuestro negocio.

La primera propuesta ya se me había ocurrido a mi, y la segunda no me   gusta.

Respecto al presupuesto, ¡Enhorabuena!, sois muy caros.

Si podemos hacer algo por 300€ decídmelo.

  Gracias.

Lo anterior es, casi, una transcripción literal de un desgraciado encuentro con un cliente que nunca fue, y no por su excepcionalidad deja de representar de manera gráfica lo que muchos nos encontramos en el negocio audiovisual de Granada.

Y dejamos claro, que asumimos que estamos hablando de gestar buenas ideas. Por lo menos la mejor idea posible teniendo en cuenta el tiempo y los recursos económicos disponibles. Somos conscientes de que en Granada, no hay muchas empresas que dispongan de los recursos materiales y el mercado suficiente para realizar una gran inversión en sus comunicaciones audiovisuales. Y no podemos alardear de tener la estantería de la oficina repleta de soles del festival de publicidad de Cannes.

En definitiva, somos conscientes de quienes somos y donde estamos, pero desde aquí, queremos romper una lanza a favor de las ideas, y su valor, y defender la necesidad de cobrar por las mismas.

Ojalá, algún día, podamos incluir en nuestros presupuestos la partida Idea, seguida de una cifra, sin cruzar los dedos o salir corriendo a encenderle una vela a San Judas Tadeo.